(...) El deporte, o se hace, se practica, o no es deporte. Esa legión de aficionados que sin jugar al fútbol, sin ver fútbol, pasan la semana comentando los últimos partidos y resultados de la Liga, no pueden llamarse propiamente aficionados.
(...) El deporte, reducido a la lectura de la prensa deportiva, se convierte en una pasioncilla vulgar... Todos, confesémoslo, hemos tenido esa época de acaloradas discusiones, dignas de mejor causa, sobre el valor de tal o cual figura futbolística. Iparragorri, Quincoces, Regueiro... que eran antes; ahora, Mundo, Campos, Germán... ¡qué se yo!
(...) Afortunadamente, la noticia que nos llega de que en Úbeda habrá pronto un equipo de fútbol, ha llenado de alegría a la afición. No será sólo en el “Marca” donde la juventud pueda buscar el espectáculo de los goles. Dejará de ser para muchos el deporte del fútbol una cosa inasequible, casi romántica. Todo volverá a su sitio. Nos ocuparemos menos del Valencia y del Atlético de Bilbao y pensaremos en lo que tenemos cerca. Nos interesará menos Germán –por ejemplo– que “Botarras”...
(Diario JAÉN, 2 de febrero de 1943)
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