...Y Galicia tiene su capital, que es Santiago de Compostela. No importa que Vigo tenga sus rascacielos y su puerto y su industria y su equipo de fútbol. Y que La Coruña disponga, asimismo, de su puerto, de su bella fisonomía urbana, de su brillante jovialidad y de su … equipo de fútbol. La capital de Galicia es Santiago de Compostela, porque La Coruña y Vigo enseñan a Galicia la tentación del mar y, con ella, la tentación dispersa del mundo, tenido como uno de los enemigos del Alma. En La Coruña y Vigo, Galicia empieza a disimular su idiosincrasia: se hace cosmopolita. En Vigo y en La Coruña los gallegos sienten la invitación a la emigración; el prurito de irse, aunque sea para volver. En cambio, Santiago de Compostela lanza desde los primeros siglos mensajes a todos los puntos de la Cristiandad para que los cristianos vengan, vayan a Galicia. Santiago congrega en lugar de disgregar.
Pero Santiago no ratifica a Galicia; la rectifica. Porque Galicia es naturaleza y Santiago, además, es arte; porque Galicia está ensombrecida de nubosidades pánicas y Santiago ha levantado, sobre el ara de los supersticiosos sacerdocios druídicos, un diseño de claridades ecuménicas. En lo puertos, Galicia emigra al mundo. Pero el mundo, reducido a unidad católica, ha peregrinado a Santiago. ¿Qué significa todo esto?
Puede ser todo una pura alegoría. O parecer simple divagación del que esto escribe. De todas formas, Santiago, en la dulce, en la indecisa, en la melancólica Galicia, representa, a modo de faro, cerca del mar de las tinieblas, el tónico acento afirmativo de la latinidad católica.
Santiago de Galicia: convocatoria a la unidad, encrucijada de Ecúmeno y Mundo; exorcización del Mundo, conversión frente a dispersión. Por eso es la capital de Galicia. ¿Cómo, si, precisamente, la rectifica? Pues por eso... Misión de la capital —de donde quiera que sea— es siempre rectificar. Bien entendido, naturalmente, que rectificar no es renegar. ¿Cómo vamos a sostener el disparate de que Santiago reniega de Galicia? Lo que hace es asumirla, para mejorarla. Y para comunicarla.
(ABC, 24 de julio de 1962)
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