Una ciudad junto al río, sea cual sea, dispone ya de una "legítima" de belleza que nadie puede arrebatarle. El río es una premisa de lirismo que, como de la mano, arrastra consigo otras calidades de valoración poética. Si hay río, ¿no hay árboles?
Juan Pasquau, en Mengíbar en la imaginación, Diario Jaén, 1951
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