DIARIO DE LA CIUDAD
Día 9.– Y mientras esta campana vetusta del reloj municipal llame con su lengua sápida de siglos, en la madrugada del nueve de Septiembre, a todos los ubetenses de buena voluntad; mientras, en la lonja de Santiago, el alba convoque la espontánea Asamblea de amor, esta «Despedida a la Virgen», hay motivos para creer que Úbeda continúa. Todos los años, los buenos hombres de la tradición dirán: «Más gente, más gente este año que nunca». Y la bulla espesa y anónima, sin pretensiones ridículas de folklorismo, afluirá a la Torrenueva, al Molino de Lázaro, donde el «predicador de la novena» pronunciará unas palabras que intentarán herir el punto álgido de la emoción. Y después, la aldea endomingada –¡clara Santaolaya de nuestros días infantiles!–, revivirá añoranzas. Y a mediodía correrá en las botas repletas el vino de «Correpanes» entre sabrosas tajadas. Y la Virgencita –ya pastora– se hundirá en su santuario del Gavellar para apacentar oraciones lejanas...
Sí, cada año, al llegar el nueve de Septiembre, nos invade la confortante sensación de que Úbeda continúa.
(Publicado en la Revista VBEDA, año 6, Núm. 69, septiembre de 1955)
(Publicado bajo el pseudónimo de Anselmo de Esponera)
Sí, cada año, al llegar el nueve de Septiembre, nos invade la confortante sensación de que Úbeda continúa.
(Publicado en la Revista VBEDA, año 6, Núm. 69, septiembre de 1955)
(Publicado bajo el pseudónimo de Anselmo de Esponera)
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