DIARIO DE LA CIUDAD
Día 8.– Fiesta grande de la Virgen pequeña. Muy de mañana, Santa María de los Reales Alcázares se perfuma de nardos y de comuniones. Aflora este día en el ubetense, si es hombre, el niño que lleva guardado, encerrado, dentro. Los recuerdos fragantes le abren paso... Luego, a las once, Santa María se exhorna de oficial empaque: Ayuntamiento bajo mazas, Misa de Perossi y sermón-panegírico mientras afuera, la monumental plaza, estimulada de campanas, estremecida de cohetes, presta una resonancia imperial a la solemnidad ancha. Y por la tarde, procesión. han envejecido o han muerto los devotos de la Virgen de Guadalupe de antaño; pero el relevo, ha llegado puntual. Siempre alrededor de las andas de Nuestra Patrona hay una fervorosa competencia de hombres fuertes, de pechos vibrantes. ¡Aupa! ¡Aupa la Virgen de Guadalupe!
(Publicado en la Revista VBEDA, año 6, Núm. 69, septiembre de 1955)
(Publicado bajo el pseudónimo de Anselmo de Esponera)
Día 8.– Fiesta grande de la Virgen pequeña. Muy de mañana, Santa María de los Reales Alcázares se perfuma de nardos y de comuniones. Aflora este día en el ubetense, si es hombre, el niño que lleva guardado, encerrado, dentro. Los recuerdos fragantes le abren paso... Luego, a las once, Santa María se exhorna de oficial empaque: Ayuntamiento bajo mazas, Misa de Perossi y sermón-panegírico mientras afuera, la monumental plaza, estimulada de campanas, estremecida de cohetes, presta una resonancia imperial a la solemnidad ancha. Y por la tarde, procesión. han envejecido o han muerto los devotos de la Virgen de Guadalupe de antaño; pero el relevo, ha llegado puntual. Siempre alrededor de las andas de Nuestra Patrona hay una fervorosa competencia de hombres fuertes, de pechos vibrantes. ¡Aupa! ¡Aupa la Virgen de Guadalupe!
(Publicado en la Revista VBEDA, año 6, Núm. 69, septiembre de 1955)
(Publicado bajo el pseudónimo de Anselmo de Esponera)
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