La Cultura puede volver a unificarse, tras la etapa dispersa de la especialización; podrá "organizarse", hacerse cuerpo —anatomía, fisiología e... higiene—, si sabe agudizarse y afilarse por la punta para insertarse, como un clavo, en el espíritu. Porque éste es todo el éxito de la cultura: saber que el espíritu está ahí, dentro y afuera, alrededor de las cosas, en los hombres y en las instituciones, no como un factor del que se pudiera prescindir sustituyéndole por otro factor..., sino como una atmósfera respirable que hay que incorporar dentro de la vida para evitar la muerte por asfixia.
Juan Pasquau, en Ya está en marcha el Instituto, Diario Jaén, mayo de 1952
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