El mundo está obstinado en un campeonato de prosperidad; eliminados mil achaques, mil anacronismos, mil prejuicios, mil... remiendos, el mundo parece jugar ya los "cuartos de final" de la prosperidad contra todos los obstáculos. Los hombres, ávidos de novedades flamantes, se oponen invariablemente a lo usado, a lo añejo. Y ni para sus vestidos ni para sus ideas y creencias admiten el recosido o la enmienda. No importa lo limpio si es de ayer. Interesa lo de hoy, aunque sea sucio lo de hoy.
Juan Pasquau, en Valientes manos, Diario ABC, 28 de mayo de 1966
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