También llamada de Antonio Pasquau González de Castañeda en recuerdo de un alcalde benemérito que allá en el año mil ochocientos sesenta y tantos se arruinó en beneficio de los pobres... No hemos leído, desde niños, ninguna novela de Pérez Escrich; esto nos pone a salvo de cualquier influencia romanticoide-humanitaria. Pero en la prosa fría de las actas municipales hemos visto reflejada la emoción “oficial” por el gesto de este Alcalde.
La calle Trinidad era, un poco, la calle de los muertos. Todas las comitivas fúnebres pasaban por ella porque —decían las esquelas de invitación a los entierros— “el duelo se recibe en la casa mortuoria y se despide en la Torrenueva”. Calle gastada, con un “handicap” de historia decimonónica que la ha retirado, también, de la rabiosa actualidad. Poblada de familias antiguas, moderadas, de sanas costumbres, de abolengo rancio. Está presidida, al fondo, por la grácil torre de la iglesia de la Trinidad; la que más elegantemente acusa los ocasos, embriagada de un fulgor matizado de suavidades que rima su sugestión con el chiar lúdico de las golondrinas, en la fáustica alegría de las primaveras.
(De BIOGRAFÍA DE ÚBEDA)
(Imagen: acuarela de JUAN VALDIVIA)
1 comentario:
Normalmente se pide permiso para utilizar imágenes que no le pertenecen a uno, ¿no?
Si se me pide, yo no tengo ningún problema en que se utilicen.
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