La Naturaleza tonifica, da conocimientos, nos enseña
hondura. Nos muestra la antigüedad de las cosas auténticas, la constancia de lo
genuino. Un amanecer se parece inexorablemente a otro amanecer, y una primavera
a la primavera siguiente. La Naturaleza no tiene cambios. No se repite ningún
amanecer, pero todos los amaneceres son iguales aproximadamente.
Hoy estamos obsesionados con la idea de los cambios.
Creemos que todo lo que no varía se gasta. No. No se gastan las flores, no
pasan de moda, no introducen modificaciones en sus sépalos o en sus pétalos,
aunque vuelvan una y otra vez cada mes de abril.
Juan Pasquau, de la charla Humanidades y “Áreas de experiencia”, 24 de marzo de 1972.
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