El maestro tiene que ser una persona consciente y humilde. Abierto a todo y a todos, pero con un último escepticismo guardado en el fondo de su alma. En este escepticismo natural germina, no pocas veces, la fe en la eficiencia de lo sobrenatural.
Juan Pasquau, en “Introducción a la Memoria
de las oposiciones del Cuerpo de Directores
de Centros de Enseñanza Primaria”, 1966
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