Precisamente la retórica es la
complicación, la bella complicación artística —u otras veces artificial— de las
cosas. En la vida, con su estado de naturaleza, las cosas con crudas y
sencillas. Viene la retórica y las salpimenta, las adoba, les pone rizos…, las
adorna. Todo tiene su retórica. La política tiene su retórica, que es la
diplomacia. La lengua tiene la suya, que es la literatura. La alimentación
tiene la Cocina… Y el amor, ¿qué sería del amor sin la retórica?
Juan Pasquau, en Retórica taurina, en Revista Vbeda, octubre de 1963
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