La cultura es una paciencia
activa. Primero se entera uno de muchas cosas, primero se aprende, y luego,
pasado algún tiempo, empieza uno a comprender algo, no demasiado. Pero hay la
confusión de creer que que todo lo que se conoce se entiende (…).
En otros tiempos se ha sabido
mucho menos, pero quizá se ha entendido mejor al mundo. No me arrepiento de lo
dicho. No tacho lo que acabo de escribir. Al menos, en otros tiempos, la
conciencia de lo que se ignoraba mantuvo intacto el respeto al misterio, clave
al fin de las primeras y últimas verdades (…) La veneración hacia lo que no se
entiende, ¿no es cosa distinta y opuesta al gesto de despreciar lo que se
ignora?
Juan Pasquau, en La pata del elefante, Diario ABC, 1968.
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