¿No sería mejor prepararse? ¿No sería mejor detenerse? También esta vida que ella, la madre santa nos dio, se acabará algún día; se acabará sin haber "llegado". Y, no obstante, algo tendrá esta vida mortal que ella nos dio que no debe perderse, algo habrá oculto, en lo más hondo de nuestra existencia, que no debe malograrse. Tendrá, pues, el Dolor que excavar hondos, tenebrosos pozos. Al fin, en lo más profundo, ¿no surgirá siempre el límpido manantial cristiano? Dios, siempre, en el fondo del corazón.
Juan Pasquau, en A la memoria de mi madre, Diario Jaén, febrero de 1948
1 comentario:
Qué oportunas reflexiones para la Cuaresma. Muchas gracias por hacérnoslas llegar.
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