A este tiempo tan concurrido de criterios y tan huérfano de verdades le faltan noticias de Dios. No interesa mucho Dios a la gente en cuanto tal gente; pero a quienes de manera personal importa Dios todavía, no se conforman con someras referencias. Porque bastan dos líneas de una enciclopedia escolar para informarse lo suficiente de quién era Milcíades o dónde está el Cabo Corrientes. En cambio, para ese saber de salvación que busca a Dios se necesita entera la vida.
Juan Pasquau, en San Juan de la Cruz y el "Dios escondido", Diario Jaén, 1977
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