Inteligencia hay, pero, ¿cómo la empleamos?, ¿en qué la utilizamos? Como acometen las urgencias, rara vez alguien se toma el descanso para plantearse el Problema. Muchas cuestiones terrestres —pedestres— impiden o nos estorban situarnos ante lo sobrenatural. Pero lo sobrenatural tiene una realidad; se cierne inapelable sobre el mundo y el hombre. Y por eso hay, de tiempo en tiempo, que obligar al pensamiento a la meditación profunda. No sirve la evasión. Y llega el momento en que las respuestas frívolas no bastan. Entonces hay que humillarse. Humillarse y, luego, levantar un afán.
Juan Pasquau, en Editorial, Revista Vbeda, núm. 134, abril de 1965
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