Vivimos nuestra vida periférica, estamos en el mundo y, no obstante, ¡qué raras veces hemos acertado a ser algo! Estamos en la vida con nuestros placeres, con nuestros dolores, con nuestros amores y con nuestros odios. Y un día nos arrebata la muerte sin que quede nada, nada de nosotros. ¡Qué fácil es la sustitución! Dejamos de estar para que estén otros hombres con sus placeres, con sus dolores, con sus amores, con sus odios. ¿Será cierto, Señor, que los hombres valemos algo?
Juan Pasquau, en A Cristo crucificado, Revista VBEDA , núm. 39, marzo de 1953
1 comentario:
Valemos por lo que somos, -como bien sabía y decía Juan Pasquau- aun sin ningun merecimiento por nuestra parte: Hijos de Dios, creados de la nada a su imagen y semejanza, con voluntad libre, con una inteligencia racional un poco miope... aunque a veces estemos un poco-demasiado tontos con tantos enredos , odios y tantas tonterías.
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