Lo que fue se alía con lo que es, con lo que será. Cristo crucificado se alza como señor de lo Absoluto en esta relativa contingencia. Se borra el tiempo y Él queda. Mil penitentes pretéritos se murieron. Mil penitentes futuros aguardan. Mil penitentes fugaces de este año, se irrogan el magnífico privilegio de acompañar en las calles transidas de recuerdos al Cristo que ora, al Cristo flagelado, al Cristo cargado con la Cruz, al Cristo que agoniza...
Juan Pasquau, en Semana Santa en Úbeda, Revista VBEDA núm. 134, abril de 1965
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