Hay hombres que no se acostumbran; que no saben ser ricos ni pobres; que no aciertan a asimilar las alabanzas ni las censuras. Que de todo, en fin, se sorprenden. Eso, a mi entender, denota falta de sedimento.
Juan Pasquau, en Jaén, Diario Jaén, 18 de octubre de 1975
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