BLOG SOBRE JUAN PASQUAU - PERIÓDICO INTEMPORAL



PERIÓDICO INTEMPORAL DEDICADO A JUAN PASQUAU

Para que vuelvan a acercarse a la obra del escritor ubetense quienes tuvieron la suerte de conocerlo, para que lo descubran quienes no lo conocieron, para que todos crezcan en permanente conversación con sus escritos y su pensamiento.

jueves, 17 de mayo de 2018

PERDER LO QUE SOMOS, CONSERVAR LO QUE TENEMOS



¿Quedan muchas personas que deseen seguir siendo personas? ¿Quedan muchos hombres, más sensibles a la pérdida de lo que son que a la pérdida de lo que tienen? ¡Este es el gran mal que a todos nos amenaza! Todos estamos expuestos a estimar como mayor desgracia la pérdida de nuestro dinero que la pérdida de nuestra alma. Todos estamos abocados a guardarnos mejor del resfriado que amenaza nuestros bronquios que del resfriado que amenaza nuestras convicciones. Todos estamos dispuestos quizás a perder antes lo que da belleza a nuestras horas que lo que da utilidad a nuestros propósitos. Y será así, de tumbo en tumbo, de abdicación en abdicación, como llegaríamos a convertirnos en perfectos mecanismos de toma y daca, evaporada toda noble ambición.

Juan Pasquau, en  Las bellas artes a la busca del hombre perdido, conferencia
pronunciada en la Escuela de Artes y Oficios de Úbeda en la apertura del 
Curso Académico 1973/1974, septiembre de 1973

miércoles, 1 de noviembre de 2017

EL SERMÓN DE LOS CIPRESES



¡Oh los cipreses erectos del cementerio! Ahora que todos los árboles, ante el otoño, experimentan el fracaso amarco de su verdor; ahora que a su vejez fatal empiezan a salirle las canas de las hojas amarillas, ved el ciprés ecuánime, estoico, imperdurable, dueño de una primavera intrínseca, animado por la vida interior de una infinita vocación celeste... ¿Qué está diciendo el ciprés siempre verde, agarradas sus raíces a la tierra, abonada de muertos, del camposanto? En el camposanto, insinuada por el viento, hay una grave, unánime, oscilación del ciprés. El sol arranca reverberos a los mármoles de las tumbas. Juguetean los pájaros con el silencio. Una augusta paz, densa, espesa, casi asfixiante, fuerza a la oración, coacciona a la oración...

El ciprés está predicando, con el ejemplo, un sermón sobre la inmortalidad: "La vida y la muerte —parece decir— pasarán; la primavera y el otoño pasarán; pero mi verdor no pasará". El ciprés se está dirigiendo siempre al cielo como las agujas de las catedrales góticas: constantemente está señalando al "más allá"; como si quisiese traducir el "noúmeno" de la muerte, sobre el "fenómeno" mismo de las tumbas.

Juan Pasquau, en Plus Ultra, de Polvo Iluminado, Gráficas Bellón, 1948
 

martes, 31 de octubre de 2017

A DÓNDE LLEGAMOS



Yo creo que, en las personas y en las colectividades, existe una afán irrefrenable de "llegar". Pero, llegar ¿a dónde?

Juan Pasquau, en A la memoria de mi madre, Diario Jaén, febrero de 1948

 

domingo, 1 de octubre de 2017

EL TIEMPO: ESPEJO, LAGO



En el crepúsculo de otoño el tiempo se hace lago para que lo miremos y para que nos miremos en él... En el crepúsculo de otoño el tiempo es un espejo.

Juan Pasquau, en Melodías de otoño, Revista VBEDA, núm. 121, octubre de 1962

jueves, 28 de septiembre de 2017

LA ENCANTADORA CONFUSIÓN DE LA NIÑEZ



Porque el niño es el ser menos sencillo que existe. No vayamos a confundir inocencia con sencillez. Quizá implican conceptos opuestos si entendemos por cosa sencillo contrario que cosa confusa. El niño es el ser menos sencillo que existe, porque todo, en su alma incipiente, se complica de imaginación, de ensueño y de portento; porque no discrimina lo real de lo irreal y confunde los "planos" de lo sustancial y de lo adherente. ¿No estamos observando a cada momento que cuando del niño afloran ideas claras —para nuestro intento, claridad y sencillez son palabras sinónimas— es cuando empiezan a destruirse en su subsconciencia la flora y la fauna de la fantasía? Si la sencillez implica una operación mental simplificadora —reducción de todas las vivencias o de todas las razones a un común denominador— es, desde luego, un mérito del adulto, del hombre. La inocencia, en cambio, es la encantadora, gratísima confusión de la realidad con el sueño, de la imaginación con la idea; bien que la ignorancia sea la confusión en la mayoría de edad, esto es, la confusión sin encanto.

Juan Pasquau, en A la medida de los niños, Diario ABC, 1 de enero de 1959

domingo, 24 de septiembre de 2017

EL MERITO DE LO ANTIGUO



La antigüedad es un mérito y la vejez un lastre. Ser viejo es cerrar alrededor de sí mismo todos los horizontes; ser viejo es enquistarse, abroquelarse, solidificarse en prejuicios. Ser antiguo, en cambio, significa para un pueblo abrir el corazón a las sugestivas incitaciones que soplan del pasado: es respirar la lejanía en un afán de simplitud. La vejez esteriliza, pero la antigüedad fecunda.

Juan Pasquau, en Ibros: lo antiguo y lo viejo, Diario Jaén, mayo de 1962

jueves, 21 de septiembre de 2017

PAISAJE Y TIEMPO



Para situarnos, para encontrar nuestra auténtica longitud y nuestra verdadera latitud espiritual, ¿no será necesario de vez en cuando apelar a las coordenadas de paisaje y tiempo?

Juan Pasquau, en Cazorla, Diario ABC, 20 de septiembre de 1963