BLOG SOBRE JUAN PASQUAU - PERIÓDICO INTEMPORAL



PERIÓDICO INTEMPORAL DEDICADO A JUAN PASQUAU

Para que vuelvan a acercarse a la obra del escritor ubetense quienes tuvieron la suerte de conocerlo, para que lo descubran quienes no lo conocieron, para que todos crezcan en permanente conversación con sus escritos y su pensamiento.

domingo, 8 de mayo de 2011

CLAUSTRO DE SANTA MARÍA





Atravesado el atrio del templo nos encontramos con el claustro gótico que mandó edificar en 1512 el canónigo D. Pedro Becerra; él sufragó parte de los gastos. Como se han observado en los pilares que sostienen a los arcos ojivales de este claustro reminiscencias de arquitectura más antiguas —románicas principalmente—, se supone que ya existía el mismo con anterioridad a la obra de Becerra, que le dio su conformación actual. Rodea el claustro a un patio que perteneció a la desaparecida Aljama. Este conjunto, es de gran belleza.

Verdaderos remansos de paz estos claustros de las iglesias catedrales o colegiales, cuya densidad histórica y artística, impermeable a cualquier sugestión frívola, envuelve el pensamiento en un nimbo amoroso. Más que el mérito arquitectónico en sí mismo, son el ambiente sedante, el silencio, la presencia mística de los cipreses —a cuya sugestión viene a unirse muchas veces la difusa, tremente, armonía del órgano cercano—, quienes prestan a este recinto su natural, no estudiado encanto, haciendo de él un “sitio real del espíritu”, sede de la meditación. Pocos “climas” así, pueden invitar, con una serenidad, a la descentrada o atormentada psicología “depaysé” de los hombres heridos de nostalgia, tocados de infinito. “Azorín” —tan obseso del tiempo— hubiera escrito un maravillo artículo acogido a la umbrosidad del claustro de Santa María, en los atardeceres estivales concordados de “Ángelus” y de golondrinas...

(De BIOGRAFÍA DE ÚBEDA)

2 comentarios:

E. Santa Bárbara dijo...

De esto ya no queda nada. ¡Qué tristeza!

Manuel Madrid Delgado dijo...

Quedan sólo las piedras. Las piedras, pero sin alma, sin lírica, sin capacidad de elevación. Alguien decía el otro día, en alabanza de la Junta, que el claustro ha mejorado porque lo han dejado como el de un monasterio, pero es falso: no he visto nunca ningún gran claustro monacal o catedralicio, que no tenga su ciprés, su fuente, su jardín.