BLOG SOBRE JUAN PASQUAU - PERIÓDICO INTEMPORAL



PERIÓDICO INTEMPORAL DEDICADO A JUAN PASQUAU

Para que vuelvan a acercarse a la obra del escritor ubetense quienes tuvieron la suerte de conocerlo, para que lo descubran quienes no lo conocieron, para que todos crezcan en permanente conversación con sus escritos y su pensamiento.

miércoles, 31 de marzo de 2010

LA SANTA CENA



CRISTO en la Santa Cena.— La Pascua de los Judíos tenía un sentido exclusivamente conmemorativo — tradicional—; aséptico, sí, pero inoperante. Todo en ella era mera liturgia, tocada de amaneramiento. El pan ácimo, al fin, es como el símbolo de la Ley; de la Ley que prohibía, que podaba, que cercenaba, pero en cuyo interior, debajo de la letra, la moral se esfumaba en desvaídas acuosidades inciertas. Moral sin fuerza, sin levadura, que no fermentaría jamás. Incoherente, versátil pulpa ética bajo las cortezas rituales. Pero no viene Cristo a destruir la Ley. Se cumplen en la Cena todas las fórmulas porque el supremo Innovador no va a demoler la Letra, sino a instaurar el espíritu de la Letra; no va a fomentar ruinas, sino a alzar un Edificio habitable sobre el solar estéril. Y es entonces, pagada la tradición, cuando Él toma el pan en sus manos y, con sublime naturalidad, casi sin solemnidad, pronuncia las estremecedoras, enormes, tremendas palabras: "Tomad y comed, éste es mi Cuerpo." Su Cuerpo. Porque El lo afirma, podemos creerlo. Bien dijo Claudel: "Sois Vos mismo quien habéis dicho que puedo comer de vuestra Carne. Así está escrito. Ni siquiera soy yo quien lo ha inventado. ¿Por qué dudaría un momento cuando vuestra Palabra es tan clara? Sed Vos mismo el único responsable de esta atrocidad, pues no es asunto mío." Su Cuerpo. Porque El lo mandó, la Iglesia renueva cada día la apoteósica Locura del Sacrificio "en memoria suya". Repletos están los trojes, no cabe un racimo más en el preparado Lagar de la Redención y, sin embargo, Cristo quiere que el Hecho, lejos de quedar como un Suceso —el más trascendental de la Historia—, se actualice (vindicación frente al Tiempo y el Espacio) dentro de las márgenes de cada lugar y de cada día. Para que sea Vida dentro de la vida. (Y el pan es Pan. Y fermenta la Ley, en tumulto de Amor, en las entrañas de las vides secas.)

(Del artículo Pasos de la Pasión del Señor, ABC, 18 de abril de 1962, Miércoles Santo)

(Fotografía: Miguel Ángel Lechuga Álvaro)

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