BLOG SOBRE JUAN PASQUAU - PERIÓDICO INTEMPORAL



PERIÓDICO INTEMPORAL DEDICADO A JUAN PASQUAU

Para que vuelvan a acercarse a la obra del escritor ubetense quienes tuvieron la suerte de conocerlo, para que lo descubran quienes no lo conocieron, para que todos crezcan en permanente conversación con sus escritos y su pensamiento.

viernes, 26 de marzo de 2010

SEMANA SANTA EN ÚBEDA




“Creo que para un ateo Úbeda sería la tentación mayor.
Parece dificilísimo, casi imposible, que después de ver
Úbeda, un ateo no sienta la estremecedora sospecha de Dios.”

La Semana Santa, en Úbeda., es la epifanía de una comunidad de vivos y muertos empeñados en la demostración de una fe. Fe para que en ella y por ella nos apoyemos los unos en los otros. Fe de tradición y de empresa al par. Y así los muertos nos dan lo que nos falta a la hora de vivir la propia creencia. ¿Quién no se siente "sustituto" de sus antepasados en el fervor, en el ansia y en la lágrima, cuando en la mañana del Viernes Santo sale Jesús, o cuando sube por la cuesta de la Merced La Soledad, o cuando los trémolos de la marcha de la Expiración conmueven el recinto, rumoroso de siglos trasegados, de la Plaza de Toledo, o cuando la Procesión General pasa metiéndonos drama y esperanza —drama para la esperanza— en el corazón? Gracias al Señor porque así, estimulados por los que se fueron, nosotros nos sentimos animados a continuar la melodía. Ubeda, "Ciudad de Semana Santa" que dijo Melchor Fernández Almagro, enarbola como una bandera, al llegar los días de Pasión y Resurrección, este postulado: La Historia es versátil, es cambiante, pero cuando se ha vivido mucha historia, cuando el tiempo es larga experiencia además de desconcertada vivencia, se sabe inequívocamente que en el trasfondo está Dios. Y se sabe con tal fuerza que se siente la necesidad de proclamarlo. Y proclamarlo sin remedio.

¿Sin remedio? Sí, porque quizás alguien ha creído alguna vez que las manifestaciones de Semana Santa —tradicionales y populares— pueden remediarse, como si nos hubiesen traído algo menos bueno. Pero ni pueden remediarse ni sustituirse. Eso sí, pueden perfeccionarse. Y a eso vamos. A eso estamos los de ahora. Úbeda es —como todo pueblo, como debe de ser todo pueblo— una comunidad que no se localiza en una demarcación limitada de tiempo. Y es la conciencia de esa comunidad —la de saber que somos de hoy, de ayer y de mañana— lo que vigoriza la tensión de unas ideas que pudieran tambalearse. Yo creo de verdad que en Semana Santa Úbeda se recoge en sí misma para seguir siendo quien es. Sus esencias mejores exprimen su fragancia. Y vive mejor todo lo que en ella, en la Ciudad, está vivo. Y se oscurece un tanto lo que en ella pueda haber de luz copiada o de color pintado. "Lo que no es tradición, es plagio". ¡Semana Santa! Son los días del reencuentro. Los días en que todos los ubetenses vuelven. Los que se fueron a otros puntos de la Geografía. Y los que se llevó la muerte.

(Del libro Ubeda, Ciudad de Semana Santa. Sus imágenes y pregones. 1975)

(Fotografía: Rafael Merelo Guervós)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No cabe mejor Pregón que el de estas lineas es defínitivo parece escrito para siempre y para ser leido cada año al empezar la semana santa, muchas gracias.

Anónimo dijo...

No cabe mejor Pregón que el de estas lineas es defínitivo parece escrito para siempre y para ser leido cada año al empezar la semana santa, muchas gracias.