BLOG SOBRE JUAN PASQUAU - PERIÓDICO INTEMPORAL



PERIÓDICO INTEMPORAL DEDICADO A JUAN PASQUAU

Para que vuelvan a acercarse a la obra del escritor ubetense quienes tuvieron la suerte de conocerlo, para que lo descubran quienes no lo conocieron, para que todos crezcan en permanente conversación con sus escritos y su pensamiento.

viernes, 22 de abril de 2011

PENITENTE HABLA: VIERNES SANTO





JESÚS NAZARENO.

—¿Por qué tan temprano, penitente?

—Para que la mañana ponga rocíos trémulos a mi fervor recién despierto. Para que las brisas traigan una fragancia a esta congoja morada de mi túnica.

—¿Esa túnica...?

—Será mi vestido para la entrada en el Reino sin fin. Sus pliegues se aquietarán definitivamente en el arca anónima que guardará mi rigidez yerta.

—¿Esas lágrimas tuyas cuando ha salido Jesús?

—No son mías. La madrugada me las ha traído desde muy lejos... desde el fondo de mi carne antigua, herida de insinuaciones atávicas. ¿Tú no lo sabías? Esto es la Tradición. La tradición es la caja de resonancias de la Historia; cuando suena el «Miserere», a la salida de Jesús, todos los siglos sinfonizan desde el reposo su balada azul...

A las siete del Viernes, la mañana se suaviza de diafanidades nazarenas...



LA CAÍDA.

Este cofrade va a renovar el morado nazareno de la mañana; va a ponerle un contrapunto blanco. La elegancia, ¿es un contraste?

—Quiero ver, penitente, un señorío debajo de tu túnica. Vamos a ver, ¿qué es el señorío?

—Señor es quien se busca siempre en lo alto. Pero la cumbre tiene siempre un camino abrupto, peligroso de caídas... señor es quien no se queda caído, quien no ceja en el momento predegoso, quien logra clavar su espíritu, como una bandera, en la arista de la montaña.

—Entonces, ¿el señorío es un alpinismo espiritual?

—Es llegar con dignidad a todo lo alto... aunque en todo lo alto espere la inmolación. Mira a Cristo, escalando el Calvario a fuerza de caídas. Por eso es el Señor.

(Y en el escudo del penitente de la Caída, que quiere ser señor, hay un monte...)



LA EXPIRACIÓN.

Es un joven...

—Oye joven... Hoy, tus pensamientos azules llevan un capuz negro.

—Los jóvenes somos cofrades de la Expiración de Cristo, porque queremos una interpretación trascendente de la muerte. Nos imante esta Muerte exultante de Cristo, en el centro de todos los tiempos. El desvaimiento mundanal aspira a una muerte sin solemnidad, entre algodones, rodeada de cuidados... Nosotros quisiéramos una muerte convulsa, en el corazón del peligro; una muerte para los demás, generosa, a imitación de la de Jesús.

En la hora vociferante de luz, pasa el imponente Cristo crucificado entre los jóvenes penitentes de capuz negro.

—He aquí la Belleza suprema, divinal, trágica. El velo del templo se rasgó a la hora de nona... Y se rasgó, a lanzazos de Cruz, el enigma nebuloso de la muerte... Al expirar Cristo, la Humanidad puedo aspirar, hasta la embriaguez, la confortación inmortal. Por la herida del costado de Cristo —aspillera abierta a la Eternidad— nos llega el rotundo, vigoroso claror...



LAS ANGUSTIAS.

No es, a pesar de ser de «las Angustias» un existencialista...

—Yo, nada más, soy un artesano —viene diciendo el penitente blanco—.

Y el «paso» de «Las Angustias» trae una Virgen desmayada con el Señor muerto —alfar roto— en sus brazos.

—Penitente blanco, ¿por qué elegiste esta Cofradía de la Virgen Trágica?

—Porque la Virgen, artesana de Dios, modeló el Vaso de la Redención. Fue la Señora quien talló, con carne de su carne, la Carne que nos salva.

—Pero hubo de romperse el Vaso para que la redención se derramase sobre los hombres.

—Es su angustia artesana, su angustia de Madre, vertiendo sus lágrimas sobre el alfar roto.



LA SOLEDAD.

¡Qué cerrazón negra de túnicas luctuosas, Señor! ¡Qué prisa dolorosa en el «paso» de la Virgen de la Soledad! ¡Qué oleaje de fervor bravía en las cuestas de San Millán! Y el sonido largo de las trompetas, ¡cómo se enraíza en la noche!

—¿Cómo has edificado tu piedad, penitente gremial?

—Sin planos...; con urgencia. Ya lo ves, con humildes ladrillos ingenuos, con «cal viva» de espontaneidad...

—¿Falta cemento a tu fervor, penitente? ¿Falta «formación» a tu fe dispersa?

(Se desencadenó el huracán. Entre espasmos de ¡vivas! el Viernes Santo ha levantado un trono de epilepsias a la Virgen de la Soledad.)



EL SANTO ENTIERRO.

Se totalizó el luto en la noche... y en el penitente. Hasta el blanco —neutral entre el júbilo y la pena— sucumbió gravitado por el negro absoluto...

El cofrade del Santo Entierro lleva una gola blanco bajo el capirote de terciopelo. Y las insignias de la Pasión bordadas encima del corazón. Un lujo funeral, isócrono de atambores, en el cortejo. Tristeza consumada en el ambiente. Porque la curva de la Pasión se desplomó vertical en los abismos teológicos...

—El evangelio, penitente, habla de una dracma perdida... ¿Lo ves? Cristo ha muerto para encender una Luz que ilumine su búsqueda... Acerca la Luz: mira si tu alma es la dracma perdida.

—Ya lo entiendo; una dracma para la compraventa del Reino. Es caro el Reino. Pero la Muerte del Señor lo ha abaratado.

—Es un comercio, ventajoso para el comprador, penitente. Pero es necesaria tu dracma. Está debajo del bordado de plata de tu túnica: en el corazón.

(Revista VBEDA, Año 3, Núm. 27, marzo de 1952)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No me canso de leer lo que dice el penitente de Jesús Nazareno. Es de lo mejor que se ha escrito nunca sobre la Semana Santa de Úbeda, es Semana Santa de Úbeda en estado puro. Qué delicia, qué maravilla, cuánta emoción contenida, cuánta historia contenida, cuántos antepasados contenidos... Enhorabuena por el especial de Semana Santa, ha sido una iniciativa extraordinaria y seguro que ha sido también un esfuerzo extraordinario tenerlo todo tan pulcramente preparado y presentado. Este blog es una verdadera joya de internet.
José Pedro

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tu comentario, José Pedro. No sólo el especial de Semana Santa, todo el blog es obra de Manuel Madrid, que lo ha confeccionado con estilo, elegancia y acierto, cuidando la presentación, los detalles, la selección de artículos según cada momento del año. Y con mucha dedicación desinteresada. Otra vez quiero agradecer a Manolo lo que está haciendo por Juan Pasquau: gracias a él Juan Pasquau se ha convertido, como dices tú, en una "joya de internet", y gracias a él muchas personas se están encontrando casualmente con él, desde cualquier punto del mundo. Por último, tienes que saber, José Pedro, que la sensación de que hay gente que con cierta asiduidad consulta esta página, y que sabe apreciarla, es una enorme motivación para seguir alimentándola.

Miguel Pasquau